El nuevo rostro del 13

Hace poco más de un mes, Cristián Bofill asumió la dirección ejecutiva de Canal 13. Su misión es reforzar la identidad de la estación de Andrónico Luksic y revertir los malos resultados: en lo que va de este año acumula pérdidas por más de 7 mil millones de pesos y hasta septiembre compartía con Chilevisión la tercera posición en rating hogar.

El periodista ya hizo cambios en la cuestionada área de Ficción. En el directorio de la señal privada hay optimismo, sin embargo, la industria lo mira con escepticismo.

Por Josefina Ríos

Ilustracion-bofill

Hace poco más de un mes, Cristián Bofill desembarcó en su nueva oficina, un amplio despacho reservado para el director ejecutivo de Canal 13.

Y, pese a que es reconocido como uno de los periodistas más influyentes del país –tras su paso como director del diario La Tercera–, lo que menos ha hecho durante estos días es dedicarle tiempo a Prensa, departamento que lideró hasta el 23 de septiembre pasado.

Decidido a poner fin a la alta rotatividad que ha tenido su cargo –cuatro directores ejecutivos en los últimos nueve meses– y devolverle a la estación los buenos resultados que exhibió hasta mediados de 2013 –hasta septiembre de este año compartía el tercer lugar en rating anual con Chilevisión con 7,2 puntos promedio y a la fecha acumula pérdidas por más de $ 7 mil millones de pesos–, su atención se ha fijado en el área que a los ojos de las autoridades de la señal de Andrónico Luksic es la más crítica: Ficción.

La semana pasada, Bofill bajó la que sería la próxima teleserie nocturna del canal, conocida internamente como La Venganza de Tamara, una historia de misterio en la línea de Secretos en el jardín. La decisión se sustentó luego de que la realización a cargo del productor Matías Ovalle no pasara con éxito los estudios que la estación hizo en torno a ella.

“No es primera vez que una teleserie no pasa los estudios, de hecho a la actual vespertina Valió la pena tampoco le fue bien en los análisis preliminares, pero no se hicieron los cambios necesarios y se transmitió igual, con los pésimos resultados que estamos viendo”, asegura un ejecutivo del canal.

Esas situaciones son las que el nuevo director ejecutivo quiere erradicar. “Sirve de poco tener teleseries que ganen premios Altazor si el público no las ve. Este canal debe tener vocación de masividad”, aseguran que le han escuchado decir a Bofill en diversas reuniones.

En esa lógica se inscribe también el despido de Alberto Gesswein, quien hasta el 16 de octubre se desempeñó como director de Ficción. “Los problemas en esa área no son nuevos, hace tiempo que no tenemos un éxito como Soltera otra vez. Por el contrario, Chipe libre, Mamá mechona y para qué decir Valió la pena no han estado ni cerca de lo que se esperaba. Lo más grave es que tampoco había un plan definido para el futuro desde la dirección del área”, explican en canal 13.

Pero en el entorno de Gesswein matizan. Quienes lo conocen aseguran que desde mediados de 2013 el ambiente en el canal es bastante denso y que la crisis de liderazgo afectaba mucho a los procesos de planificación y las metodologías de trabajo en su área, ya que todo se dilataba enormemente.

“Por lo demás, Alberto no tomaba las decisiones solo. Su área dependía de la dirección de Programación liderada por Alexis Zamora y era finalmente él quien visaba los proyectos”, agregan.

Hoy, Alexis Zamora tiene bajo su mando el área de Ficción para evitar que las dobles jefaturas entorpezcan el trabajo de los productores ejecutivos y realizadores. La decisión de empoderar a Zamora también la tomó Bofill y el “encargo” fue claro: sacar adelante esa área marcada por los fracasos recientes.

Bofill mantiene comunicación permanente con Zamora: se reúnen al menos dos veces por día. No es raro entonces que ya hayan cerrado la parilla programática para 2015, donde se incluyen programas como Master Chef, la teleserie turca El sultán, The Voice y la Copa América.

También mantiene canal abierto con el director de Prensa, Enrique Mujica, y con Alejandra Pérez, subdirectora ejecutiva, cargo nuevo dentro del organigrama del canal y que fue solicitado personalmente por Bofill al directorio, como condición para asumir su nuevo rol.

“Cristián es consciente de que no tenía muchas redes dentro del canal y que quienes no lo conocen lo miran con temor, por eso el rol de Alejandra Pérez es crucial: ella es la bisagra entre él y todas las áreas productivas.

Tiene expertise y conoce a fondo el canal, además de mucha llegada con todos los estamentos de la empresa, incluso los rostros”, aseguran fuentes al interior de la estación privada. Fue Pérez, por ejemplo, quien llevó a Bofill por primera vez al set de Bienvenidos y le presentó a Tonka Tomicic y a Martín Cárcamo, de quienes el periodista poco sabía hasta entonces.

Hincha del rating

En mayo pasado, la consultora McKinsey entregó un informe confeccionado por encargo de las autoridades de entonces del canal. El estudio destacó el valor de la marca de la estación y su estrecho vínculo con la sociedad, pero también hizo hincapié en que para que la señal mejorara sus estándares y resultados era prioridad optimizar los procesos, sobre todo en el área creativa, donde no existía claridad sobre los caminos que se debían tomar para concretar las buenas ideas en programas exitosos.

También hacía recomendaciones para Prensa y las áreas comerciales. Bofill ha utilizado este informe como importante insumo para confeccionar su diagnóstico sobre la empresa y tomar decisiones.

Así, potenciar el área de Programación, especialmente Ficción, es sólo la primera fase de la titánica tarea que tiene Cristián Bofill por delante. La idea detrás de su nombramiento es que el periodista devuelva al canal el sitial que ocupó hasta mediados de 2013, cuando era líder indiscutido en rating, generaba utilidades y ostentaba un sitial de influencia en la sociedad.

Además, desde dentro del canal esperan que restablezca las confianzas y entregue directrices claras hacia dónde hay que avanzar.

Una hoja de ruta que se ha visto desdibujada con la sucesión de directores ejecutivos –desde agosto del 2013 han pasado por el cargo Nicolás Eyzaguirre, David Belmar, Rodrigo Terré, Luis Hernán Browne y ahora Bofill– y acentuada con la salida del ex director de Programación, Patricio Hernández, quien emigró a Mega con buena parte de su equipo a fines del año pasado.

De hecho, hay muchos que apuntan a la partida de Hernández como el punto de inflexión que marcó la rápida caída del 13 desde lo más alto hasta la delicada situación que vive hoy.

“Resulta que su grupo es el mismo que llevó al 13 entre 2003 y 2005 y luego desde el 2010 al 2013 a lo más alto de los charts y ahora está haciendo lo mismo en Mega. La televisión requiere expertise y estabilidad, eso es lo que da resultado y por lo mismo a Mega le está yendo tan bien”, dice un destacado ejecutivo de televisión.

Fuentes de la industria indican al directorio de Canal 13 como el gran responsable de esta situación.

“Sus integrantes son todos profesionales muy destacados en sus áreas, pero bastante inexpertos en materias televisivas. Su estrategia es que cuando un director ejecutivo no obtiene resultados positivos en el corto plazo, rápidamente lo cambian, lo que repercute también en la salida de importantes ejecutivos. No se dan cuenta de que en este mundo no todos son reemplazables y que la experiencia se acumula en las personas y no en las oficinas de un canal u otro”, afirma un profesional de larga data en el área.

Desde esa junta directiva se defienden. “En el directorio queremos que al canal le vaya bien y para eso hemos tenido que tomar decisiones dolorosas. No quiero personalizar, pero resulta que algunos directores ejecutivos eran buenos para los números, pero malos para manejar personas, otros eran buenos con los equipos, pero tomaban decisiones basadas en agendas personales, etc.

Lo importante es que buscamos solucionar esas situaciones para que los problemas no se extiendan en el tiempo”, comenta un miembro de la mesa. Con respecto a la renuncia de Patricio Hernández, sin embargo, es más autocrítico: “Es claro que no supimos dimensionar bien lo que significaba su salida ni el impacto que tendría su aterrizaje en Mega, lo clave que ha sido en su rearme y cómo este despegue nos ha golpeado a nosotros como canal”.

Con todo, en el directorio hay confianza de que Cristián Bofill es la persona idónea para liderar la estación y devolverle su identidad, pues ha sido un exitoso director de medios de comunicación, un líder de equipos y su fuerte son los contenidos.

En la industria, no obstante, existen dudas sobre si Bofill es el hombre indicado para llevar este difícil proceso a buen término. Lo califican como un outsider, un periodista hábil e influyente pero que sabe poco y nada de televisión, un mundo complejo donde la experiencia es clave.

Si bien todos reconocen que primero en Qué Pasa y luego en La Tercera lideró procesos exitosos de renovación y posicionamiento de marca, logrando además altos niveles de influencia, aseguran que el lenguaje audiovisual es muy distinto al de prensa escrita y esto le puede jugar en contra.

“Bofill está acostumbrado a manejar un lenguaje que apela a lo abstracto y racional, muy distinto al de la televisión, donde predominan las emociones”. Por otro lado, añaden algunos de sus críticos, el ex hombre fuerte de Copesa es una persona acostumbrada a hablarle a las elites, es ahí donde cosechó sus logros. Sin embargo, un canal abierto como lo es el 13 debe buscar la masividad.

Más allá de las críticas, quienes lo conocen afirman que Bofill no se siente intimidado en el cargo y que, por el contrario, se le ve cómodo en el mundo de la televisión desde su aterrizaje como director de Prensa en septiembre de 2013.

Haciendo gala de su fama de pragmático, prefiere evitar el manoseo de términos como “TV de calidad” e incluso ha dicho públicamente que el rating es el mejor indicador del éxito de un canal, ya que mide masividad y también apunta a la rentabilidad”.

Por eso le gustan programas como Los 80, que además de tener una factura impecable, son del gusto masivo. Asimismo, mira con admiración las teleseries brasileras.

“Hasta que llegó al canal, Cristián no era consumidor de televisión. Incluso ha dicho a sus amigos que vio TV hasta los 17 años, cuando vivía en Brasil. De ese tiempo recuerda el gran impacto que causaban las producciones dramáticas de O Globo y cuánto se podía aprender de la sociedad, sus gustos, dolores y aspiraciones a través de éstas. Por ejemplo, Dias Gomes, uno de los grandes guionistas brasileños, ganó varios premios Cannes y, al mismo tiempo, el último capítulo de Roque Santeiro, su teleserie más emblemática, alcanzó la cifra récord de 100 puntos de rating”, cuenta un cercano colaborador de Bofill.

Dicen que no para. Llega a su oficina en el cuarto piso del edificio ubicado en Inés Matte Urrejola 0848 a las 9:00 de la mañana y no se va nunca antes de las nueve de la noche. Su agenda es nutrida en reuniones, que comienzan el día lunes con la reunión editorial a la que asisten Enrique Mujica, Alexis Zamora, Alejandra Pérez y el gerente legal, Sergio Vergara.

Ese mismo día pero en la tarde tiene comité de coordinación, para seguir el martes en la mañana con reunión de programación y después de almuerzo con el comité económico. Los miércoles son claves porque se junta el comité ejecutivo, donde van todos los gerentes de áreas y los viernes tiene comité de gestión, donde sus interlocutores son la presidenta del directorio, Carolina García de la Huerta, y los directores René Córtazar, Rodrigo Terré, Marcelo von Chrismar y Patricio Donoso.

Esta reunión es de suma importancia para el periodista, ya que lo asesoran con los números y estados financieros, temas que Bofill asume no son su fuerte. A estos encuentros de rutina se suman múltiples almuerzos y audiencias diarias con otros estamentos del canal, como productores ejecutivos, sindicatos y autoridades relacionadas a la estación, como el cardenal Ezzati y el rector de la UC, Ignacio Sánchez.

Estas actividades a veces se extienden a los fines de semana: el segundo sábado de octubre se juntó con toda la directiva del sindicato y sus delegados a almorzar en El Quisco. Ahí respondió a las duras preguntas de los dirigentes sindicales. La idea era preparar el terreno para la negociación colectiva que comienza en noviembre.

Por el momento, sus medidas están dando resultado. Al menos las cifras de octubre acompañan su gestión: Canal 13 pasó a ocupar el segundo lugar en el rating hogar con 6,7 puntos promedio, superado por Mega con 10,0, y seguido de Chilevisión (6,6) y TVN (5,7).

En tanto, en rating comercial anual (que agrupa el ABC1, el C2 y el C3) Canal 13 aún ostenta el primer lugar con 2,9 puntos, seguido de Mega con 2,8 y Chilevisión y TVN empatados en 2,7. En el directorio están contentos y aseguran que la meta para este año es terminar segundos en rating hogar y comercial, después de Mega. Saben que es imposible superar el tremendo éxito que ha tenido la señal de Carlos Heller.

Los hombres de Bofill

Su gestión en Prensa fue clave para que el directorio lo considerara para su nuevo cargo. Desde ahí, Bofill emprendió cambios en el contenido y forma de los noticieros de la estación que fueron muy bien evaluados por sus autoridades, pues los dotó de un cierto orden editorial que a juicio del directorio y de la propiedad eran urgentes.

Para llevar a cabo su plan tuvo que dejar a varios heridos en el camino: más de 30 personas fueron despedidas, entre ellos su ex editor general, Gerson del Río.

En reemplazo de ellos trajo a periodistas cercanos a él, todos ex profesionales del Grupo Copesa, como los editores Christian Rendic, Daniel Labarca, María Octavia Rivas y Andrés Azócar, quien está a cargo del nuevo sitio web de Teletrece que verá la luz en noviembre.

Además, contrató a Marlén Eguiguren, ex rostro de CNN Chile, quien se hizo cargo de Telenoche y la edición central del domingo, quien oficializó su renuncia del canal esta semana por razones personales.

Pero su última, y más llamativa contratación para ese departamento, fue Enrique Mujica, quien llegó al 13 como subdirector de Prensa en septiembre, luego de desempeñarse con éxito como director de Prensa de TVN.

Mujica aterrizó en la subdirección de Prensa del 13 en septiembre con la misión de consolidar el noticiero como un informativo relevante e influyente, que marcara pauta y apelara a la masividad. En lo macro, su misión era aportar en la transformación en el corto plazo de la marca Teletrece en una multiplataforma noticiosa.

Pero rápidamente tras el salto de Bofill a la dirección ejecutiva, Mujica se convirtió en la cabeza del departamento, considerado el área más importantedel canal. Esto no sólo porque es el vehículo por el cual la estación ejerce influencia, sino porque además, 30% de sus ingresos son generados por estos contenidos.

¿La razón? El noticiero arrasa en el ABC1 y el C2, segmentos a los que los avisadores están ávidos por alcanzar.

Tal es la importancia que el 13 le da a su noticiero, que incluso estarían evaluando si cambian de horario la nueva teleserie vespertina, pues su entrega de sintonía es débil.

Los números no juegan a favor de la producción dramática protagonizada por Lorena Bosch: la semana pasada, Pitucas sin lucas, la producción de Mega, arrasó con cerca de 30 puntos promedio, hasta el miércoles le seguía la propuesta de TVN, Caleta del sol con 10 puntos promedio, mientras que la teleserie del 13 llegó tercera con escuálidos 4 puntos, que lograron saltar a 11 durante la transmisión de las noticias.

El jueves las cosas cambiaron: Valió la pena terminó segunda y entregó en 6 puntos –muy por detrás de Mega con 31– ese día el noticiero de TVN finalizó cuarto, fenómeno que no sucedía hace cerca de una década. Al día siguiente se anunció públicamente el despido del director del Área Dramática de la señal pública, Alex Bowen.

Para “descomoditizar” el noticiero y hacerlo de verdad una alternativa distinta a las propuestas de las otras estaciones, Mujica conformó una nueva unidad conocida como “mesa de investigación”, integrada por un grupo de periodistas que toman diversos temas y aportan al trabajo del noticiero en distintas áreas y formatos.

Además, en la sala de redacción cuentan que Mujica ha sociabilizado los estudios de audiencia que manejan los ejecutivos del canal, los cuales apuntan a la dificultad que tiene ese noticiero para captar a los segmentos C2 y D, donde está la masividad.

Por estos días, además, Mujica y Andrés Azócar ponen a punto el primer pilar de la multiplatarforma noticiosa en la que Bofill quiere convertir la marca Teletrece. Por eso trabajan a toda máquina en el lanzamiento de su nuevo sitio web.

La idea es transformarlo en un espacio dedicado sólo a noticias, que genere pauta y ejerza influencia a través de información oportuna y relevante y destacados columnistas. No busca competir con los sitios de otros canales, sino transformarse en una alternativa real a Emol o La Tercera online.

Y ése es sólo el primer paso. En carpeta hay un ambicioso plan que contempla un nuevo canal de noticias y fortalecimiento de las radios que tiene el canal. 

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